viernes, 7 de marzo de 2014

CAPITULO 2.14: LAS TRES TENTACIONES DE LEONARDO


 
...Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento...
 
Leonardo López lee el Salmo 23 en la pequeña biblia que le regalara el pastor Gregorio Crespo, mientras estuvo escondido en su casa cerca de la entrada de Sabas Nieves. Esta vez Leonardo permanece escondido en el almacén de una compañía de mantenimiento de aires acondicionados en el piso doce del Plaza Center. Cinco pisos más abajo se encuentran unos supuestos funcionarios de la contra-inteligencia militar, allanando las oficinas de su partido, el Partido Popular.
 
 
Avisado por los miembros de “La Hermandad”, Leonardo pudo escapar a tiempo de las garras de estos supuestos agentes, cuyo aspecto, conducta y vestimenta dista mucho de ser militares. Incluso el mensajero motorizado del Partido Popular, identificó al líder del operativo como “El Bemba”, un peligroso Pran de Charallave cuya especialidad son las extorciones, la prostitución y las drogas.





El operativo en las oficinas ha sido un fracaso, pero el régimen de Nicodemo no se va a quedar así. Ellos están convencidos que Leonardo se encuentra en el edificio y van a revisar incluso bajo las baldosas para encontrarlo. Minutos después que los maleantes uniformados salieran de las oficinas, el Plaza Center fue militarizado. Cerca de 500 efectivos de la Guardia Nacional, tienen como misión revisar locales, oficinas, estacionamientos, basureros, alcantarillas y todos los rincones del edificio.
 
Los estudiantes, que ya llevan cuatro días protestando, en varios sectores de Caracas, y el País, no tardan en enterarse del atropello y se acercan en manadas al Plaza Center, para impedir la detención de su nuevo líder, Leonardo López.

Leonardo espera pacientemente, dentro de las cuatro paredes del pequeño cuarto del almacén de la empresa mantenimiento de aires acondicionados, a ser recogido por un importante miembro de “La Hermandad”, y ser llevado a una nueva “casa segura”. Leonardo desconoce lo que ocurre afuera. En la oscuridad trata de prepararse para lo que será su vida en los próximos días, o quizá años. La Guacamaya le tiene preparada una larga lista de cargos criminales.,suficientes como para pasar el resto de su vida en prisión. 



 

Un ruido perturba la tensa calma de Leonardo en la oscuridad de su pequeño cuarto. Alguien ha entrado a las oficinas de CLIMAX, mantenimiento e instalación. Se oyen unas llaves. Debe tratarse del viejo Hernando Freites, dueño de la compañía. Leonardo escucha su voz, pero no escucha la contraseña.
-Adelante señor revise. Aquí no hay nada que esconder. Más bien, puedo ofrecerle una promoción de aire acondicionado Multi-Split. Con una sola condensadora, usted puede tener aire en toda su casa, y controlarlo con el celular.

-¡Silencio! Voy a revisar primero y después hablamos de negocios.
Leonardo suda frío. Esa conversación significa que hay funcionarios del régimen en el lugar. Leonardo se esconde detrás de un armario y se escuda con una gran caja de cartón.

La puerta del almacén se abre.
-¿Dónde se enciende la luz?
-A la derecha, pero hay que meterse porque el interruptor está muy adentro.
 
La luz del pequeño almacén se enciende. Hay silencio. El funcionario da un par de pasos dentro del almacén.
 




-¡Ah! Casulamente allí hay una caja del Multi-Split del que le hablé. Nos llegó de Corea precisamente hoy. Mire mi coronel esta oferta es única…
-¡Callese! Soy apenas Sargento. El Sargento García… acá adentro huele feo. Creo que tiene una rata muerta acá adentro.
El Sargento García se da la media vuelta y cierra la puerta. Pero el cuerpo le juega una mala pasada a Leonardo. Ha pasado varias horas sin comer y su estómago comienza a sonar.

“¡Oooorrrrhhhhgg!”
El agudo oído del Sargento García escucha el sonido y vuelve a entrar al almacén. El militar con sobrepeso se acerca lentamente a la caja de cartón, y justo cuando va a retirarla para ver que hay dentro, una luz intensa lo ciega y lo deja en la oscuridad.
Es @AliceCooper que le ha asestado un golpe en la cabeza al Sargento García con una bombona llena de refrigerante.
-¡Muchacho!
@AliceCooper hace un gesto para silenciar al viejo Freites, luego retira la caja dejando al descubierto a Leonardo.
 
-¿Quién eres? Me dijeron que enviarían a una mujer-, pregunta Leonardo.
-@AliceCooper soy yo. Tienen militarizado todo el centro profesional. Así que vamos a hacer algo. Quítale el uniforme a este y póngaselo. Use el pasamontañas para cubrirse el rostro-. @AliceCooper llama por Zello a @ElPadrino, -¡La bendición padrino!





-¡Dioj me lo bendiga mijo!
-Tengo la bebida pero todo está trancado para llegar al cumpleaños. Pienso irme por detrás pero no sé como.
-¡Tranquilo mijo!



-Señor Hernando, tengo que atarlos a los dos, para no comprometerlo.
-Ahí en ese estante hay un paquete de tirro plomo. Comienze a amarrarnos.
Mientras @AliceCooper amarra con tirro plomo a Hernando y al Sargento García a las sillas, Leonardo López se viste de Guardia Nacional. El Zello suena.
-¡Hijito! VÉNGASE RÁPIDO PUES.
@ElPadrino y el Grupo 14 (UNEXPO) de “La Hermandad”, acaban de incendiar una tanqueta Donfeng y capturaron al Cabo Reyes y a los demás guardias que estaban en su interior. Los ataron y los colgaron de cabeza en un semáforo de la Plaza Altamira. Cada uno con un cartel que dice, “SOY UN INMORAL”. Luego de subir la foto al Twitter y de hacer un escándalo explicando todo aquello, por otro canal del Zello, dominado por los #Tropajuos, los guardias que militarizaban el Plaza Center, dos cuadras al Este, se dirigen masiva y furiosamente al lugar.
Mientras tanto Leonardo López, disfrazado de Guardia y @AliceCooper bajan por las escaleras de emergencia.
-Yo seré tu prisionero, por nada del mundo hable, si es posible hablaré yo-, le indica @AliceCooper a Leonardo.
91:4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
91:5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
91:6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.






Leonardo disfrazado de Guardia Nacional y su prisionero, @AliceCooper suben por la tercera avenida de Los Palos Grandes, rumbo a la “casa segura”. Mientras, en su mente Leonardo repite una y otra vez la oración que enseñó a todos los militantes de su partido en todo el país: El Salmo 91.








De pronto el estruendo de cientos de motosinterrumpe la marcha y la meditación de Leonardo y su prisionero.
-¡Hey tú reventao! Voltea. ¿Por qué estás lejos de tu grupo? ¿Dónde llevas ese prisionero?
Leonardo y @AliceCooper voltean lentamente hacia el Capitán Peñaloza, que se encuentra montado en su moto.
-Mire mi capitán, este reventao va con la cara tapada y el uniforme le queda como grande-, grita la voz de uno de los soldados motorizados.
-¡Quítate el pasamontañas! ¡Ahora!

Leonardo niega con la cabeza rápidamente sin pronunciar palabras.

-Señor, creo que este es de los “importados”-, replica el teniente Ruiz Cabrera. –Por eso anda con la cara tapada y vea, casi no hay uniformes para ellos, por eso usa uno que no es de su talla.

Leonardo, sin pronunciar palabra asiente y señala al teniente con la punta de su fusíl. @AliceCooper no interviene, permanece en silencio y con las manos en la cabeza.

-¡Muy bien!, de pronto los “importados” sienten que deben hacer los que le da la gana. Cuéntame algo, ¿Por qué llevas a este prisionero lejos del grupo?

Leonardo mira fijamente a los ojos al Capitán Peñaloza.

-¡Aaaah claroooo! Eres de uno de esos “enfermitos”. Te quieres abusar al estudiante este con el fusil ¿no? Porque todos ustedes son así maldi$#”%os. Humillan nuestro uniforme, humillan nuestra nación. ¿Sabes qué? Los generales pueden tolerar estas aberraciones porque no les toca vivirlas, pero yo ando en la calle con mis soldados y no pienso calarme esto-El Capitán se saca la vieja pistola Browning 1911, calibre 45 del cinto y apunta a la cara del soldado enmascarado, ante la mirada impávida de sus subordinados.

-Chico, lárgate de aquí ¡ahora!- ordena el Capitán a @AliceCooper.







El teniente Cabrera pone su mano en el arma del iracundo Capitán Peñaloza, -El General Parra viene-, Peñaloza mira fijamente a Cabrera y lego miran a la segunda transversal, donde viene media docena de “Humvee Chinos Donfeng”, color blanco. El convoy se detiene y del segundo vehículo sale se asoma el joven General Parra.



-¿Qué está pasando aquí “Peñita”? ¿Otro problema con los camaradas de Cuba?



-¡Miren, muchachos! El último de la promoción ha venido a visitarnos.

-Mira “Peñita” ya usted y yo hablamos de los “cubanitos”, no nos damos abasto para “poner en cintura” a toda esta gente. Si el gobierno cae, caemos nosotros. Y, yy ¡YA SUPERALO MANO! Yo soy mejor soldado que tú.

-¿Es mejor soldado que yo? Ajajajajaja… ¿Qué tal si se baja de esa mier#”$% y nos damos unos coñ#$%&os para ver quién es mejor que quién.

Leonardo mira la cara de @AliceCooper con consternación y este le responde:

-Tienes que salir más seguido vestido de uniforme para que veas cosas peores.

De inmediato los dos uniformados se encuentran frente a frente en uno de los espejos de agua de la plaza de Los Palos Grandes. Peñaloza lanza el primer golpe que suena como un estruendo y casi derriba a su contrincante el General Parra. Luego los dos militares caen al suelo. Como un torneo de lucha de mujeres en barro, los dos militares chapotean entre abrazos, patadas, insultos y golpes que suenan como vidrios estrellados, mientras el resto de los uniformados corea “¡DALE, DALE!”.
El teniente Cabrera se acerca a @AliceCooper y este le hace una mueca con las cejas, luego observa detenidamente al soldado enmascarado. Cabrera abre los ojos por unos segundos con asombro y luego mira a @AliceCooper de nuevo, que le responde con otra mueca torciendo los labios.

-¡Gutierrez!, dígale al Capitán, cuando se desocupe, que me llevé a estos dos, al reo a los tribunales y al “importado” con su grupo.

El distinguido Gutierrez asiente y saca un fajo de billetes y le pregunta a Cabrera –Señor, ¿A cuál le va usted?

-¡1500 al Capitán por supuesto! ¿Qué esperan? ¡La Dimensión Latina no viene hoy, súbanse a mi moto ya!-, ordena Cabrera al reo y al soldado enmascarado. Estos obedecen.

Rodando por la Cota 1000, @AliceCooper le dice a Leonardo,-Señor, le presento al Teniente Ruiz Cabrera, el @VengadorVenezolano. A propósito, ¿Dónde nos llevas?.
-A casa de mi tía Petra en Santa Rosalía, allí cerca del Nuevo Circo. El Municipio Libertador es el último lugar donde buscarán a Leonardo.
 
@AliceCooper y Leonardo López son discretamente bienvenidos por la señora Petra y sus hijos. Logran comer y tomar un baño. Leonardo supervisa la ejecución de su instrucción, un segundo video grabado a medio día es montado a las nueve de la noche en Youtube, en el que habla de su entrega a la Justicia del régimen de Nicodemo en medio de la marcha del siguiente día en la Plaza Brión. Leonardo y @AliceCooper se preparan para la noche más larga de sus vidas. Pero mientras @AliceCooper ronca plácidamente, Leonardo reflexiona, repasa el discurso que dará a sus seguidores al siguiente día y lee su pequeña biblia.
 
4:1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
4:2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.







Leonardo lee Lucas 7, reflexiona y ora una y otra vez, pidiendo a Dios sabiduría y protección.
Mientras tanto en el SIBOL el #CapitanHallaca pide cuentas del fracaso en la captura de Leonardo al director.


 
-Últimamente no nos das ningún resultado, sólo problemas. Y lo de mandar gamberros disfrazados te quedó de maravilla, el mundo entero vio lo que hiciste.
-Señor. Teníamos todo bajo control pero usted sabe, Leonardo no es Ernesto. Es un hombre de armas tomar. Peligroso, escurridizo, astuto…
-¡IDIOTA!.. Eres un idiota ¿Sabes qué? Quedas fuera, largo de mi vista antes que te vaporice con mis manos de candela.

El día de la entrega de Leonardo, ha llegado. El régimen de Nicodemo se ha preparado para la ocasión concentrando a todos los Polinacionales y a cerca de tres mil efectivos de la Guardia Nacional, desde la Plaza Brión de Chacaíto, hasta el Palacio de Miraflores. Esto sin contar con los colectivos, quienes cobraron cerca de diez mil bolívares en efectivo, por elemento y sus Pranes veinte mil dólares cada uno. La orden es muy sencilla: Fuerza letal en caso que la marcha pase hacia el Oeste, la tierra vedada para la oposición venezolana. 
 








En Maiquetía siguen llegando aviones Y8 con Guardias Nacionales “importados”, en lo que parece una invasión desde Cuba para aplacar el mar de protestas en el que se ha convertido Venezuela.










Mientras Nicodemo tiene las maletas listas, por si alguna emergencia, el #CapitanHallaca da los últimos toques a su plan macabro: reparte armamento y coloca francotiradores en las azoteas de varios edificios alrededor del palacio y la zona de la manifestación.

El evento está pautado para las 10 de la mañana, pero el pueblo Venezolano, para bien o para mal, es bastante impuntual. Apenas salen de sus casas a esa hora. BTV hace burla de la minoría que se ha reunido en la plaza para la “captura” de Leonardo (cuando en realidad es entrega) y ponchan unas imágenes de un reducido grupo de señoras de la tercera edad frente a la estatua de Martí. Señoras que aún valoran la puntualidad.







Los Francotiradores de la torre Credit Card no pueden creer lo que está pasando. Como el río ante el torrencial aguacero, poco a poco crece hasta que se desborda y arrastra lo que encuentra a su paso, las personas van llenando el espacio en la Avenida Francisco de Miranda. No todos son los “oligarcas del este”, muchos han venido del extremo este, Petare y otros de la leal Catia, Caricuao, Antímano, El Centro y la Guaira.
Nicodemo improvisó una megamarcha del “Pueblo” para celebrar el nuevo “contrato petrolero”. Para ello, toda la administración pública, sindical y petrolera, ha sido obligada a marchar desde Plaza Venezuela a Miraflores.

Todos muy bien custodiados por la Guardia Nacional “importada” de Cuba. Alguien le advirtió a Nicodemo de la historia de Ceaucescu y de su última alocución al “pueblo”, que terminó en fusilamiento.
 
Pero las amenazas de despido no fueron suficientes para los empleados públicos, muchos decidieron desobedecer y no salir de sus casas ese día. Los seguidores del otrora líder Comandante Panelo, también sufren la inseguridad y la escasez de alimentos, incluso peor que el llamado pueblo “escuálido”, ya que estos últimos, no viven de las esperanzas ni los sueños falsos que vende el cinismo oficial.

 

La multitud se pierde en el horizonte del este de Caracas. Casi un millón de personas, voluntariamente, guiados únicamente por sus valores y por su sentimiento de lealtad a la nación, necesidad de libertad y justicia se han reunido a acompañar al héroe, Leonardo López, y algunos de ellos (por no decir la mayoría), evitar su entrega.

De pronto un “latero”, un menesteroso harapiento y con una enorme cabellera pegostosa y ennegrecida por la mugre se acerca al cordón de Polinacionales que está frente a la estatua de Martí. De pronto los radios de los Polinacionales reciben una misteriosa instrucción, retroceder treinta metros. El grupo completo retrocede y los manifestantes enseguida toman posición de la estatua de Martí. De pronto, el menesteroso, mezclado entre los manifestantes, se deshace de sus vestiduras y su máscara. Es Leonardo.

 
 
Un cordón de simpatizantes evita que la multitud lo aplaste. Luego, en hombros de todos los que se agolpan frente a la Estatua de Martí lo ponen a los pies del prócer de bronce. Mientras Leonardo sube, se logra ver el mensaje que está escrito en la parte posterior de la franela manga larga que viste: “EL QUE SE CANSA, PIERDE”.
 
Luego de saludar al pueblo reunido y de dar gracias a Dios por ese momento, Leonardo inicia su discurso.

Como ustedes saben, hoy en Venezuela estamos viviendo un momento oscuro en donde los delincuentes son premiados por el gobierno y los venezolanos que queremos un cambio en paz, en democracia, con la constitución, nos quieren encarcelar.
 
El día de hoy, yo me presento ante una justicia injusta, ante una justicia corrupta, ante una justicia que no juzga de acuerdo a la constitución y las leyes. Pero el día de hoy también le presento ante ustedes, venezolanas y venezolanos, nuestro más profundo compromiso de que si mi encarcelamiento vale para el despertar de un pueblo, y vale para que Venezuela despierte definitivamente, y que la mayoría de los venezolanos que queremos un cambio podamos construir ese cambio en paz y en democracia, pues bien valdrá la pena el encarcelamiento infame que me plantea, directamente, con cobardía, Nicodemo. Es la mejor expresión de que en Venezuela no hay separación de poderes.
 






¿Cuántas veces dijo Nicodemo que me quería preso? ¿Cuántas veces dijo que daba instrucciones para que nos metieran presos? ¿Qué tiene que hacer el presidente dando instrucciones a una fiscalía, o a un tribunal? Esa es la mejor demostración de que en Venezuela no hay justicia.







Pero yo no quiero dar este paso, quizás a un silencio por un tiempo, sin dejar muy claro el porqué de toda esta lucha. Esta lucha sí es por nuestros jóvenes. Esta lucha sí es por los estudiantes. Esta lucha sí es por los que han sido reprimidos. Esta lucha si es por los que están encarcelados. Pero esta lucha, hermanas y hermanos, es por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo; está sufriendo colas, está sufriendo escasez, los jóvenes no tienen empleo, no tienen futuro, por un modelo equivocado; por un modelo que nos han implementado que es importado de otros países, que no se parece al bravo pueblo de Venezuela, y que nosotros juntos, hermanas y hermanos, tenemos que estar claros que tenemos que construir una salida a este desastre.

Esa salida tiene que ser pacifica, tiene que ser dentro de la constitución, pero también tiene que ser en la calle, porque ya no nos quedan en Venezuela los medios libres para poder expresarnos. Si los medios callan, que hable la calle, y que hable la calle con gente, y que hable la calle en paz, y que hable la calle en democracia. Hoy hermanas y hermanos yo les pido que sigamos en esta lucha, que no dejemos la calle, que asumamos nuestro derecho a la protesta pero que lo hagamos en paz, sin violencia.






Yo ahora voy a proceder a ir al piquete donde está la guardia...
 
 Les quiero decir que estos días tuve mucho tiempo que pensar, analizar, escuchar radio, ver televisión, leer lo que no había leído en algún tiempo, La Palabra -Leonardo muestra su biblia-. Hablar con mi familia. Las opciones que tenía era irme del país ¡y yo no me voy a ir de Venezuela nunca!
 
La otra opción era quedarme escondido, en la clandestinidad.



Pero esa opción podría dejar la duda en algunos, incluso en algunos de los que están aquí, que nosotros teníamos algo que esconder, y no tenemos nada que esconder: yo no he cometido ningún delito, yo no soy un delincuente, yo no me tengo que esconder. Entonces la opción que me queda es presentarme.
Quiero agradecerles a todos, pero en especial a una persona que me ha dado mucha fuerza, a una persona que hoy representa mi mayor pilar para estar aquí con ustedes: a mi esposa Eliana que está acá.
 Yo pido que nosotros, que todos los que estamos acá, que todos los venezolanos que quieren cambio, que nos instruyamos, que nos formemos, que nos organicemos y que ejecutemos la protesta no violenta, la protesta de masas, de voluntades, de almas y de corazones que quieren cambiar pero sin dañar al prójimo. Yo les pido que no perdamos la fe.

 Y yo estoy seguro, en el nombre de mis hijos, de mi hija Marbella, de mi hijo Leonardo, y como decía Andrés Eloy Blanco “el que es padre de un niño, es padre de todos los niños”. En nombre de todos los niños de Venezuela yo les juro que vamos a vencer y que muy pronto tendremos una Venezuela libre y democrática.
 
Que Dios los bendiga.
 





Leonardo, en hombros de sus simpatizantes es llevado hasta una de las “Humvee Chinas” de la Guardia Nacional para ir hasta la fiscalía. Pero la multitud impide que el vehículo parta. De nada sirvieron los exhortos de Leonardo desde el megáfono del vehículo. Leonardo no se moverá.

Una violinista toca el Himno Nacional frente a los Guardias y los convocados que impiden el paso del Donfeng Blanco.

Pero algo en el cielo sorprende a los convocados a la Plaza Brión. Es el #CapitánHallaca que desciende lentamente sobre el vehículo. Leonardo se asoma por la puerta posterior del vehículo, y esta cae al suelo. Tal parece que la calidad de los vehículos chinos se pone de manifiesto en medio de la ocasión. El  #CapitánHallaca toma a Leonardo de los brazos y sale volando con él.





Leonardo es metido de inmediato en una celda de aislamiento, como si se tratase de un preso de altísima peligrosidad. Pero él ya estaba preparado para ese tratamiento. Confinado, en la oscuridad, durmiendo en el suelo, sin apenas una manta que lo cobije. Pero hay algo que no ha faltado. En el único bolsillo de su uniforme de preso está su pequeña biblia. El guardia que lo recibió en la prisión se la deja como única pertenencia.


Leonardo continúa la lectura del evangelio de Lucas:
 
4:3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
4:4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.





De pronto la celda se abre, Leonardo esconde su biblia y un par de guardias lo lleva a un lugar de la prisión, donde parece haber un estudio de TV, preparado para un programa de cocina.

-Buenas Noches Leonardo, bienvenido a mi programa de TV. GUISANDO con Junodado, el #CapitánHallaca.

Un pequeño público de soldados aplaude y lanza hurras.





Leonardo es sentado a un lado del anfitrión y este se tapa los ojos con la luz que lo encandila.

-Leonardo, te he invitado a mi programa porque esta noche haremos filet miñon. Pero con la “magia de los minutos” pude preparar rápidamente unos, porque sé ¡que debes tener haaambreee!

El público aplaude de nuevo. Junodado presenta a Leonardo el plano, pero este lo rechaza.

Junodado comienza a enfurecerse con el desprecio, así que saca una papelera y desecha la comida.


-¡Tú te lo pierdes! Es la última comida decente que vas a ver en este lugar, en años. Vamos a hablar claro Leonardo. Tú me tienes cosa a mí pero es por culpa de esos medios disociados que tuercen la realidad y denigran a la gente honesta y noble como uno, menos mal que compré Mundovisión, eso pronto va a cambiar.

Leonardo no puede creer lo que oye, niega con la cabeza y sonríe.

-Hey gusano, apaga las cámaras. Mira Leonardo, esta gente está volviendo el país una mi#$&/da.

Leonardo voltea y ve a Junodado, -dicho de ti suena raro.

-Ven acá, te propongo un plan. Yo puedo acabar con todo esto, con apenas una llamada telefónica. Porque es que yo no soy comuneco yo soy un tipo que le gustan los buenos negocios. Pero como te dije tengo muy muy mala imagen, pero tú eres un tipo bien visto y con las bol#”s mejor puestas que Ernesto. Entonces, echamos al cucuteño, echamos a los cubanitos, yo me ocupo del cargo, tú te lanzas de Presidente, hablamos con Tibisí para que ganes, porque seguro Ernesto o María Karina van a ser tus contrincantes, ganas y mientras tú gobiernas yo sigo haciendo buenos negocios para ambos. Ah y como muestra de mi buena voluntad, te dejo esta maletica para que comiences la campaña por todo lo alto. ¿Qué te parece?

 
-Ese es tu problema. Piensas que “sólo de pan vive el hombre”. No vine a hacer negocios contigo. De todas formas, gracias por tu ¿“hospitalidad”?-, Leonardo se pone de pie y pide a los guardias, lo regresen a su celda. Junodado furioso confirma la orden.

Pasan los días en la fría celda de aislamiento pero como le recomendaba Ernesto, que también pasó por los mismos sacrificios, siempre hay el guardia malo y también el bueno. Ese guardia bueno le permitió a su esposa Eliana, pasarle una gruesa manta que le sirve de colchón y cobijo.
 
4:5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
4:6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
4:7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
4:8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

 

Acostado, Leonardo leía la pequeña Biblia, cuando de pronto es interrumpido por los guardias. Estos los sacan de su celda, lo atan a una especie de carrucha y uno de los guardias, “uno de los malos”, le coloca una especie de bozal, al estilo del “silencio de los inocentes”.



Rodado cual mercancía, Leonardo es llevado ante Nicodemo, que tiene todo un escenario montado en la cancha del penal, fuertemente custodiado y flanqueado por el alto mando militar, que es quién lo sostiene en el poder.




-¡Buenas noches Leonardo! Disculpa las medidas extremas, pero yo sólo atiendo a las recomendaciones de mi líder supremo, Raúl, quién me recomendó cautela frente a ti, pues puedes magnicidiarme.

Leonardo voltea los ojos de un lado al otro y trata de negar con la cabeza. Si Nicodemo fuera tan amable como para retirarle el bozal a Leonardo, este le diría en su cara lo ridículo que es.

-Como te venía diciendo, te traigo ante mí, para resolver este problema de la mejor manera posible. Sólo necesito que te postres ante mí y me pidas perdón, y reconozcas que soy tu legítimo presidente, que soy venezolano de pura cepa y además que soy sendo macho ¿por qué no? puedes pedirme el cargo que sea, incluso de gobernador de Miranda o alcalde de Chacao, y yo te pongo, porque Venezuela es... Cuba pero yo tengo potestad de decidir a quién pongo y donde lo pongo, porque después de todos estos señores que hoy me acompañan son los que hacen esto posible.
 
Los guardias quitan el bozal del rostro de Leonardo, los escoltas armados apuntan sus armas contra él ya que los guardias ahora se preparan a liberarlo de sus ataduras para que este se hinque. Media docena de camarógrafos de medios oficiales se preparan para registrar el momento, como lo hicieron con Ernesto. Pero Leonardo indica a los guardias que no es necesario desatarlo, lo que tiene que decir o puede hacer desde allí. 
 

-Quiero que sepas que jamás me hincaré frente a otro hombre. Solo lo haré ante Dios, cuando deje este mundo y esté frente a su juicio. Tu gran problema, es que crees que esa banda y estos soldados te hacen rey y por tanto todos estamos obligados a servirte pero eso no es cierto. Eres tú quién debe servirle a tu pueblo.




Nicodemo entra en furia y ordena desatar al hombre y quebrarle las piernas con las culatas de sus fusiles para que se pueda hincar delante del.
Ante tal sentencia Leonardo no abandona su mirada desafiante, actitud que es captada por los generales Saldaña y Pérez.


-Nicodemo, todos acá llevamos días sin dormir y ahora nos traes acá para esto ¿Sabes qué? Mejor te calmas y deja a este hombre en paz.

-¡Saldaña! ¿Me estás desobedeciendo? ¡GOLPISTA!

Sin necesidad de volver a poner el bozal, los guardias obedecen el gesto que hace con la mano el General Pérez y se retiran con el prisionero, mientras un histérico Nicodemo grita sólo en el escenario montado.
 
4:9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
4:10 porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
4:11 y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
4:12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
4:13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.


A los pocos días del desagradable evento de la carretilla, Leonardo es vuelto a sacar de su celda y trasladado en un vehículo de la estatal petrolera y custodiado por unos hombres de chaqueta negra y lentes oscuros. Hora y media más tarde Leonardo se encuentra en azotea de un edificio en los Ruices. Allí se le aparece Ramirito, sudoroso pero con un elegante traje casual, una pañoleta amarrada en el cuello, zapatos de tacón alto y un bidón de gasolina en las manos.

Leonardo mira hacia abajo y observa una multitud que se extiende por toda la avenida Francisco de Miranda y comienza en una tarima donde su esposa pronuncia un discurso.

-Querido, voy a quemar este edificio, porque no voy a esperar que esto se caiga y se descubra todo lo que hicimos con las empresas fantasmas y los dólares. Pero mira, te traje aquí para que aproveches y saltes donde tu público mientras el edificio se quema. Ellos te adoran, te idolatran, casi tanto o más que nuestro querido Comandante Panelo. Así que estiraran sus manos y te atajarán.
 

Leonardo vuelve a echar un vistazo hacia la multitud que se encuentra abajo y dice: - ¿Por qué no saltas tú?
-¿Estás loco? Esto acá está muy alto, y además cuando esa pila de envidiosos vean que es una dama bella y glamorosa como yo, se van a apartar y dejarán que me estortille en el suelo, feo y sucio. Y staré allí con la cabeza ensangrentada y uuufff ¡no! Primero muerta que bañada en sangre.
-¡Que ciegos son todos ustedes! ¿Creen que esto se trata de mí? Se trata de un pueblo que han robado, engañado y vejado por más de 16 años. Un pueblo que solo quería una vida mejor, próspera y segura y ustedes lo único que han hecho es enemistarlo entre sí y aprovecharse de él. Una generación perdida en la que su mensaje de odio no caló ni calará jamás. Y tú nada más mírate, quieres borrar tus delitos incendiándolo todo. Si no es tuyo, no será de nadie. Son unos miserables.
-¡Bien bueno contigo! Te estoy dejando libre y me das chaparrón malo. Ultimadamente ¿Sabes qué? Allá tú- Pluma Blanca toma un rollo de periódico y baja las escaleras y desaparece de la escena dejando a Leonardo en la azotea. El olor a quemado le indica que es momento de abandonar el edificio por las escaleras de emergencia y volver a su prisión.
Dentro de su celda de aislamiento, Leonardo no se explica por qué un ideologizado militar pasa todo el día soldando rejas, puertas y alambradas para impedir que escape, o que lo rescaten. No hace falta filosofar mucho para darse cuenta cuanto miedo tienen de perder el poder, el dinero y la libertad. Por eso temen tanto a los hombres que no pueden ser tentados.
 


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