miércoles, 1 de enero de 2014

CAPITULO 2.8: OSNEIBO


Un hombre joven camina rápidamente por las angostas aceras de la calle Madrid de las Mercedes en dirección sur este. En cada cuadra se resguarda entre los autos estacionados y mira a los lados atento de no ser seguido. Al finalizar la tercera cuadra se encuentra frente al edificio de la embajada de Francia. El hombre se coloca la capucha de su suéter universitario y los lentes para no ser identificado por las cámaras de seguridad de la embajada y se mantiene en la acera del famoso restaurante de carnes caminando ahora en dirección norte, una vez más resguardado por los autos aparcados en la calle. En la esquina está el Centro Empresarial Rio de Janeiro, lugar donde fue citado para una reunión que puede cambiar su destino.

El hombre entra al edificio y se identifica con el guardia de seguridad como mensajero que trae una encomienda a un bufete de abogados ubicado en el piso diez. El vigilante revisa con detector de metales portátil si el hombre está desarmado y le da paso al ascensor. Sube rápidamente hacia el piso diez, pero en el piso ocho, se va la luz y el ascensor se detiene. El joven no pierde la calma, está acostumbrado a los apagones en su país de origen. Puede pasar que la electricidad vuelva pronto o que los vigilantes lo rescaten del ascensor. Lo que más le preocupa es no lograr su cometido y que las excusas frente a sus superiores por su desaparición sean en vano.

-¿Eres inglés? Tu puntualidad es sorprendente- dice una voz que se oye a espaldas del joven. El joven no voltea, solo oye. Él sabe que cualquier gesto repentino puede interpretarse como una agresión y le pueden disparar o golpear.
 
-Puedes voltear lentamente, no me gusta hablarle a la gente de espaldas a mí.
 
El joven se voltea y observa en la esquina contraria al tablero de mando del ascensor a un hombre con el rostro cubierto con la capucha de un suéter similar al del.

-Tus compañeros de trabajo te seguían por todo el Boulevard de Sabana Grande hasta que entraste en las minitiendas que te indicamos. Eran dos tipos que seguramente ni tú conoces, porque uno de ellos trabaja para el SIBOL, es venezolano.

 
-Hola, soy Osneibo, soy un “Hijo de Martí” el grupo disidente dentro de las FAR y la DI.

-Soy @AliceCooper hijo de Josefina de Carmen y miembro de “La Hermandad” un grupo libertario de toda Venezuela.

Osneibo hace un gesto de estrechar la mano de su interlocutor. Instintivamente @AliceCooper corresponde el gesto pero la mano de Osneibo traspasa la de @AliceCooper. Osneibo descubre que su contraparte es un holograma.

-Disculpa, no creas que es un tema de "confianza", es más bien uno de agenda. Somos gente ocupada, no podemos estar en todas partes. Siéntete libre de hablar en plural, hay ocho personas acá escuchando lo que tienes que decirnos.

 

-¿Son de la CIA?

-La CIA, MI6, DGSE, Mossad, ellos nos ayudan en algunas cosas, y nosotros a ellos, pero ninguno nos financia, ni nos dirige. Por eso somos  libres de hacer cosas que incluso los disgustan. Además, a la CIA en particular, tienen la fea costumbre de “dejar a la gente guindada de la brocha”, por eso casi no los molestamos.



 
-Si lo sé. Más de una vez Fidel vendió gente de Al Qaeda a cambio de información de los disidentes en la isla. A mí mismo me tocó capturar y torturar a esos disidentes.

-Podemos hablar toda la noche, yo no tengo problema, pero a ti te van a extrañar tus jefes. Así que comienza desde el principio. Se breve y concreto.

Durante el tiempo que caminó desde el hotel Alba hasta llegar al encuentro con @AliceCooper, Osneibo recordó la historia de su vida.


Tenía yo 7 años cuando mi madre y otros veinte nos lanzamos a la mar. Estaba anocheciendo. El bote que usamos era feo, palos amarrados y llantas de camión.

Mamá siempre me decía que íbamos a un lugar mejor pero al llegar, debíamos adaptarnos para poder sobrevivir, para poder salir adelante. Teníamos que trabajar mucho.




No sé cuantas horas llevábamos de viaje, sé que estaba muy oscuro cuando todos en la embarcación se alarmaron. Mamá me tapó la boca, todos estábamos en silencio y agachados. De pronto una luz intensa nos cegaba y un hombre gritaba en un altavoz. Mamá y yo estábamos muy nerviosos.
Luego vinieron los silbidos. Pude ver como con cada silbido se iba la vida de uno de los ocupantes de la balsa. Partidos en pedazos por los rayos que acompañaban cada silbido las personas caían al mar que pasaba del negro al rojo. Mamá se echó al agua conmigo pero los silbidos no cesaban. Con la luz del reflector de la lancha de los guardafronteras, pude ver como las lanzas silbantes atravesaban el agua. Vi como las personas que estaban en el mar eran partidas en pedazos. Hasta que una nube roja me cegó. Era la sangre de mamá.

Cuando desperté estaba tirado en la playa. Un policía me daba de patadas. Me gritaba “¡gusano mal#%&to, levántate!”. No sabía qué pasaba. Ya mamá no estaba allí. Recuerdo que estuve un día completo en un calabozo con otros treinta hombres y niños. Acusados del mismo delito… Gusanos.

 

Llevaba una semana en prisión cuando una señora llamada Berta fue a la cárcel a sacar solo a los niños. Me llevaron a algo que llamaban círculo infantil. Era un lugar donde llevaban a los “niños sin amparo filial” o sea a los huérfanos, como dicen en el resto del mundo. Allí descubrí que estaba en un lugar llamado El Guanabo.

Viví allí diez años estudiando sobre la Revolución, Fidel y el Ché. Leyendo sobre la gloria de un proceso que no se compadecía con lo que se podía ver en la calle "por culpa del bloqueo". Viví esperando el momento de la invasión de los Yankis. Viví sabiendo que todas esas eran mentiras. En casa de mi mamá, todos murmuraban sobre esas cosas pero me enseñaron que debía callar o moriríamos.


 

Un día llegó un sargento de las FAR a buscar a los niños más grandes, yo tenía 13 pero aparentaba 16 por mi estatura. No hizo muchas preguntas, ese día me llevaron junto a tres más a hacer el servicio militar. Es obligatorio, más aún para los adolescentes sin amparo filial. Tu nueva familia ahora es la Fuerza Armda Revolucionaria.

Fue un año intenso tanto física como mentalmente. Desayunas, almuerzas y cenas Revolución, Fidel y el Ché.


Un día del segundo año, estaba trapeando el piso del barracón cuando llegaron al destacamento unos oficiales de la DI. Lo que los mayameros llaman el G2. Cosa loca y extraña que nos sigan llamando con ese viejo nombre. Ellos, misteriosos como siempre, conversaron por dos horas con el sargento Muriel. Al rato nos llamaron a los conscriptos más jóvenes. Eramos un grupo de quince. Uno de los hombres del DI era el mismisimo General Delgado y el otro el General Fagundes. Luego de una prueba de memorización de números, me eligieron a mí.
Tenía que plantar unos micrófonos en la casa del canciller Romaina. Si era descubierto sería fusilado como espía de la CIA. Fue mi primera operación de inteligencia. Lo que más le gusto a los que me reclutaron es que practique mi primera intimidación. Logre coaccionar a un familiar del canciller para que metiera un micrófono en su alcoba sin que este dijera nada. No se supo de eso sino hasta el día que Romaina  fue defenestrado por Fidel en 2003. Fue mi boleto dentro de la DI, mi “tercera familia” desde entonces.


Después de cinco años intensos de formación en espionaje llegó mi graduación como agente, en la que tuve que autocriticar y repudiar a los gusanos de mi familia originaria. Pero en el fondo de mi corazón sigo amando a mi madre muerta en el mar.



Me tocó luego estar en varios Centros Legales (CL) de las embajadas de Cuba en varios países del mundo, de la mano del General Fagundes. Con lo poco que tenemos en esos centros de espionaje sacábamos mucho. “Entra al DI y conoce el mundo”, es el dicho que tenemos aquí. Allí pude comprender que había dos tipos de cubanos, la nomenclatura, que se enriquece, vive y disfruta, y el resto de los cubanos.
 
Delatar, detener y torturar disidentes era mi trabajo cuando estaba en la Isla. Pude dejar huir a muchos, mirando para otro lado, pero no todos podian tener la misma suerte. Dentro de la misma disidencia habían muchos infiltrados que no conocía. Por querer ser piadoso como el Cristo podía resultar crucificado en el paredón.

Una noche Fagundes me llamó a una reunión. Allí conocí a “Los Hijos de Martí”. Un grupo de militares jóvenes cansados de todo esto. Cansados de ver la miseria innecesaria y la represión que sufría el pueblo a manos nuestras, mientras el resto del mundo se abría paso a la libertad. Cansados de servir por décadas a los mismos jefes, estancados, sin ascenso, sin futuro, siguiendo sus mentes tercas y seniles, hasta la muerte. Allí había miembros de la inteligencia como yo, incluso un disidente que había capturado e “interrogado” semanas atrás. Obviamente era un infiltrado nuestro, pero su trabajo era otro, era ayudar a los opositores sin que ellos supieran que eran ayudados. Después de tres pruebas de lealtad, estaba adentro del movimiento.

Fagundes hizo todo lo necesario para poder implantarme en el “sector cero”, el “Laguito”. El plan era sencillo, eliminar a la nomenclatura el día de la reunión mensual. Una vez caídos todos esos viejos, el mando entraría en caos y serían “Los hijos de Martí”, los que tomarían el control.

Yo me ofrecí voluntariamente a ejecutar la parte dura del plan. Desde la noche que perdí a mi madre en esa balsa, ya a nada temo.

Los hombres de Fagundes lograron meter en la casa de Raúl una pequeña pistola CZ checa con silenciador. Cuando estuviera todo “El Parque Jurásico” presente entraría yo con un servicio de Whisky. Su último servicio de Whisky. Fagundes estaría también allí. Incluso tenia luz verde para herirlo y darle credibilidad al plan. El arma estaría oculta en la cubeta del hielo.



Justo cuando iba a sacar el arma para eliminar a ese grupo de dinosaurios se encendieron las alarmas. Habían atacado la base de San Antonio de los Baños con aviones UAV. Mi mentor me dijo que no había visto tanta actividad aérea desde la crisis de los Hermanos al Rescate.
  

Fue la primera vez que oí hablar de "La Hermandad". Todo lo que esa gente ha hecho hasta ahora ha sido genial, incluso el ataque con soldados robotizados a nuestra base en la Atalaya de David. Ni los Yankis tienen esas cosas aún. Pero nada de eso ha sido suficiente para liberar a nuestros dos países.
 
El General Fagundes hizo los arreglos para que me transfirieran a Caracas para poder contactarlos. 
 
 
 La excusa era precisamente localizarlos para destruirlos. Supe que los Chinos lo habían intentado meses antes pero fracasaron, lo Rusos intentaron usando una infiltrada y también fracasaron. Yo también iba a intentar una infiltración.

 El día de la última marcha autoconvocada un grupo de chicos quemó una bandera de Cuba en gesto de protesta. Por cierto, les diré que no lo vuelvan a hacer. Los disidentes, los de la isla y los del exilio les darán la espalda si siguen quemando nuestra bandera. Quemando la bandera de cuba Raúl y la nomenclatura no dejarán de vivir de Venezuela ni de su petróleo y nuestro pueblo no dejará de sufrir miseria y represión. Ese gesto tan grotezco más bien creará más división. Tenemos que estar unidos. Trabajar juntos.
  

El caso es, que cuando fueron disueltos los autoconvocados por una patrulla del “Colectivo”, yo perseguí a uno de los pirómanos. Cuando tuve la oportunidad, simulé detenerlo. Estaba muy cag$#2º. Lo llevé a un lugar apartado a las orillas del río Guaire y lo interrogué. No me dijo mayor cosa, pero le pedí que le contara a @LucioAugusto, el lider, lo que le había pasado, y a todo riesgo, le di mis datos de contacto.

 

Esta mañana al salir del baño de la habitación en el Hotel Alba vi un periódico del día con un aviso marcado con un post-it, como lo llaman acá. Era una tienda de ropa en el Boulevard. Me deshice del papelito y fui hasta allí sabiendo que mis compañeros me perseguírian.
  

Cuando llegue a la tienda me recibió una mujer que me pidió ponerme este suéter y probármelo. Entonces al entrar al probador vi que era un pasadizo secreto que daba a la Avenida Casanova. Cada una de las etiquetas de cartón del suéter narraba la dirección de este lugar.

Luego que Osneibo presentó a su organización y sus intenciones, el holograma de @AliceCooper interrumpe la conversación -Necesitamos más que un decálogo de buenas intenciones para poder decir que confiamos en ustedes y podemos darnos ayuda mutua.
 
-Como muestra de nuestra buena voluntad les dejo esta memoria micro-SD con los nombres de todos nuestros infiltrados en la unidad opositora- Osneibo saca de uno de sus bolsillos el diminuto dispositivo y lo muestra al holograma.
 
 
-Colócalo en el asciento de la ascensorista. Que tengas buenas noches Osneibo- de pronto la puerta del ascensor se abre y cuando Osneibo voltea, está frente a frente con @Valquiria que le asesta un fuerte cachazo en la cara que lo derrumba inconsciente.
 
Cuando Osneibo despierta, se encuentra tirado en un basurero en la Avenida Libertador a la altura de las Palmas. Al incorporarse siente un fuerte dolor de cabeza, ardor en el abdomen y un objeto amarrado a su mano, un Ipod shuffle.
 
 
Osneibo, quejumbroso, se coloca los audífonos:

-¡Hola! Soy @AliceCooper de nuevo.

-¡Mier%$#a amigo! ¿qué me has hecho?

-Darte una coartada. Fuiste asaltado y golpeado, de hecho tienes una cortada en el abdomen. Nos es profunda, pero es escandalosa. Una docena de puntos y vivirás. Te creerán porque, Caracas es muy peligrosa en Navidad. Cuatro cuadras al sur y llegas al SIBOL. De hecho donde estás es tan peligroso, que hasta pueden volverte a asaltar. Guarda este ipod, va a ser nuestro medio de comunicación. Funciona como un mini celular con línea directa, si hablas te escucho. Te advierto, si detecta actividad en el puerto USB o un intento de conexión por bluetooth, la explosión destruirá todo a cinco metros a la redonda. Así que no trates de meterle más música. Ah y disculpa a @Valquiria, ella es así con los desconocidos. Pero con el tiempo descubres que es una chica muy dulce. Osneibo fue un placer conocerte, suerte para ti y los “Hijos de Martí”.


Tres días más tarde el mando de la Hermandad: @LucioAugusto, @LibertyStatue y @Plomo; se reúnen con Romeo (@NIMITZCVN76) y Jorge (@AliceCooper) para que estos últimos presenten el informe de la memoria micro-SD suministrada por el agente disidente.

-Buenas tardes señores. Que un grupo agentes de la inteligencia y el ejército cubanos sean disidentes no es novedoso. Lo novedoso es que permanezcan dentro conspirando. Debemos evaluar el comportamiento de estas gentes y ayudarlos sólo cuando pueda demostrarse su confiabilidad plena y mientras esa ayuda resulte en beneficio mutuo sin comprometer nuestra integridad. @AliceCooper, @NIMITZCVN76, háblenos de la memoria- finaliza @LibertyStatue.
-La memoria contiene una base de datos en Oracle acompañada de una carpeta con cientos de documentos en PDF, fotos JPG y videos en formato H264. La base muestra datos completos de 120 infiltrados. De estos nosotros apenas conocíamos 45, algunos tan famosos como los garrochistas Orijuela y los Gordos Carrao. Pero el resto… hay gente que incluso han sido candidatos a cargos importantes como el “amigo personal de @Plomo”- dice @AliceCooper.


@Plomo se levanta de la mesa y acompañado de una escandalosa carcajada señala a los reunidos para decirles “¡YO LO DIJE, YO LO SABIA!, ninguno me paró bo#”s”.

Continúa @AliceCooper, -Estos “Hijos de Martí”, no dejaron cabo suelto, cada persona señalada viene con una prueba de su actuación en la carpeta. Allí hay informes, bitácoras, entrevistas, fotos, videos y canales de comunicación. Hay que detener a esta gente, en especial a un par de ellos a los que recomiendo darles “Chuleta”, para que no sigan haciendo daño.

 

-Déjanos ese par a @Largo y a mí, ustedes ocupense de desenmascarar y anular al resto- finaliza @LucioAugusto.

 



PANELO VIVE, el desastre sigue, en la segunda temporada de Verde Maduro Podrido.
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"EL CAPITAN HALLACA"
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